El contenido de esta entrada ha sido extraído de los siguientes archivos que he creado a partir de la información explicada en clase:
1. Edad Media
1.1) Los mesteres
La palabra «mester» significa oficio o arte, en la literatura se refiere a un conjunto de la creación poética perteneciente a la Edad Media. Se distinguen dos tipos según sus características.
El mester de juglaría es el oficio de los juglares, por lo que tiene un carácter popular y la intención de divertir y entretener, tratándose de hazañas que ensalzan las cualidades de un caballero. En contraposición, el mester de clerecía es el oficio de los clérigos, de manera que su carácter es culto y la intención es didáctica y moralizante, teniendo en cuenta que la fuente principal es la Biblia. En este caso, los autores son los clérigos con una preparación intelectual, que escriben en lengua romance y latín clásico en menor medida. Sin embargo, las composiciones del mester de juglaría se transmiten oralmente por los juglares con su acompañamiento musical, por lo que son anónimas y existen varias versiones. En ambos casos se dirigen a un público iletrado, empleando recursos estilísticos como fórmulas para captar la atención, vocativos y el epíteto épico en las hazañas.
Por otra parte, el mester de juglaría incluye composiciones en verso con diversidad de estrofas y rima asonante, como el Cantar de Mio Cid. Por su parte, el mester de clerecía se forma por composiciones en prosa como El conde Lucanor y en verso como el Libro de buen amor, caracterizadas por una regularidad métrica y la cuaderna vía, estrofa de cuatro versos alejandrinos (de 14 sílabas) y rima consonante, divididos en dos hemistiquios de siete sílabas.
1.2) Juan Ruiz
Juan Ruiz fue un autor nacido en el siglo XIV considerado el primer poeta clásico castellano, conocido como arcipreste de Hita. Su gran erudición y cultura se manifiesta en su obra «Libro de buen amor», a través de figuras literarias y tropos como metáforas, interrogaciones retóricas y comparaciones, y la combinación de la lengua culta y popular, empleando latinismos y una sintaxis elaborada al mismo tiempo que usaba arabismos y refranes populares.
El «Libro de buen amor» es una autobiografía ficticia que muestra las aventuras amorosas fallidas del arcipreste, guiado por Trotaconventos, anciana alcahueta capaz de manipular a las mujeres que él desea. La intención del mensaje es ambigua, según se explica en el prólogo (escrito en prosa), ya que muestra los riesgos morales del «loco amor», pero al mismo tiempo enseña a gozar del mismo, dejando la interpretación en manos del lector. Esta contradicción se relaciona con la literatura de los goliardos, poetas y clérigos medievales que se burlaban de la hipocresía de la iglesia y preferían el placer.
Respecto al estilo de la obra, predomina la cuaderna vía con carácter narrativo, aunque también aparecen composiciones líricas de métrica variada. Además, abundan los ejemplos y los recursos expresivos como las entonaciones, los diálogos y las órdenes, que dan vivacidad a los personajes. En general, el tono es satírico y didáctico.
Por último, se desconoce el título original de la obra, por lo que ha recibido varios nombres a lo largo del tiempo. El título actual fue escrito por Mernéndez Pidal, basándose en la propuesta del «buen amor» del libro, a pesar de la contradicción.
1.3) Don Juan Manuel
Don Juan Manuel fue un autor perteneciente al siglo XIII. Recibió una buena educación y participó en las luchas políticas de su tiempo, hasta refugiarse en la literatura. Tiene una gran conciencia de escritor debido a su preocupación por el estilo y la transmisión de su obra, «El conde Lucanor».
Don Juan Manuel escribió «El conde Lucanor» con el objetivo de formar al caballero perfecto medieval, por lo que tiene una intención didáctica desde la visión de la nobleza. La obra está dividida en cuatro partes, pero la más conocida es la primera, colección de cincuenta y un cuentos medievales procedentes de fuentes diversas que tratan cuestiones espirituales, morales, políticas y sociales. Sigue una estructura de narración marco y enmarcada, de manera que el marco incluye los problemas que el conde Lucanor plantea a su consejero Patronio, y la enmarcación es cada uno de los cuentos narrados por Patronio como ejemplo. Al final de cada cuento, don Juan Manuel entra en la narración para ordenar escribirlo y crear un pareado final con la moraleja extraída. Las partes restantes, menos conocidas, son un conjunto de aforismos y sentencias de carácter moral.
1.4) Fernando de Rojas
Fernando de Rojas fue un autor y judío converso perteneciente al siglo XV, según aparece en su obra, La Celestina.
La Celestina es una obra puente entre el tradicionalismo medieval y el humanismo renacentista, dado que existen múltiples ediciones desde 1499 hasta 1644. Así, el título también ha sufrido variaciones: inicialmente se llamaba «Comedia de Calisto y Melibea», pero su carácter trágico debido a las múltiples muertes provocó el cambio a «Tragicomedia de Calisto y Melibea», hasta que finalmente se conoce como «La Celestina», en homenaje al personaje principal. A su vez, aunque Fernando de Rojas es autor de la obra, confiesa haber continuado unos fragmentos inacabados. En ese caso, se trataría de una autoría doble, habiendo decidido el autor original permanecer en oculto, aún así se sabe que ha recibido una formación universitaria. No obstante, existe la posibilidad de que Fernando de Rojas haya recurrido a una argucia para diluir su responsabilidad sobre un texto tan controvertido.
Respecto al género de la obra, es dramático, concretamente pertenece al teatro profano ya que trata lo mundano y material, alejado de la religiosidad. Aún así, está pensada para su lectura dramatizada y no para la representación teatral. Al mismo tiempo, se considera parte de la comedia humanística originaria de Italia (siglo XIV-XV), pues aparecen principios morales acordes con los cambios sociales. Destaca el amor ilícito entre Calisto, enamorado pasivo que recurre a Celestina, y Melibea, enamorada pasional. También posibilita la crítica social y recibe influencia de la comedia elegíaca, presente en el planto de Pleberio por la muerte de su hija, Melibea. Por otra parte, conforma una colección miscelánea, con fragmentos de novelas sentimentales, episodios eróticos, sentencias…
En cuanto a la temática de la obra, destacan cuatro asuntos principales: el amor, la magia, la muerte y la crisis de valores. En primer lugar, el amor es el principio que desarrolla la trama, desde el amor a primera vista de Calisto, incluyendo el amor cortés, el loco amor, el goce físico y el amor a lo material. Este tema aparece representado a través de diferentes tópicos, como carpe diem en Calisto, Melibea y los criados que viven el momento y disfrutan de la pasión amorosa; o descriptio puellae en los retratos de los cuerpos de las mujeres. Sobre todo destaca el tópico religio amoris, que describe a la amada como ser superior, en quien se basa la religión de su amante.
En segundo lugar, la magia aparece en la obra a través del conjuro del hilado que hace Celestina para convencer a Melibea, con la intención de condenar dichas prácticas. Así, se relaciona un círculo mágico de objetos: el hilado, el cordón que Melibea regala a Calisto, y la cadena de Calisto que causa la muerte de Celestina. En el hilado se transmite la philocaptio, enfermedad amorosa inoculada por brujas y hechiceras que provocan un loco amor, manifestado en la pérdida de apetito y el gusto por la soledad, entre otros síntomas.
Por último, la muerte se muestra el destino de los personajes como consecuencia a sus actos, demostrando la intención moralizante de la obra, a pesar de que en la trama se manifieste como una mala fortuna. Así, Celestina muere asesinada, los criados de Calisto ajusticiados, Calisto cae de las escaleras y Melibea se suicida desde la torre. Esta «mala fortuna» se relaciona con la crisis de valores experimentados por el declive de la sociedad feudal con la llegada de la burguesía y la persecución de los conversos. En la obra, esto se puede apreciar en las cualidades de los personajes, las cuales los conducen a su final trágico: la avaricia y codicia de Celestina, la lujuria y pereza de Calisto, la ira de Sempronio y Pármeno, y la envidia de Elicia y Areúsa. Además, también se incluye la importancia del dinero en distintas ocasiones: Calisto paga por el amor de Melibea, Pleberio alardea de sus negocios, Celestina muere por la cadena…
Finalmente, los personajes de la obra son profundos, caracterizados y redondos, dado que evolucionan y tienen identidad propia, no son estereotipados, hecho que confiere realismo a la obra. Concretamente, Celestina tiene gran habilidad para adecuar su registro como herramienta de manipulación que emplea con astucia y picardía. De hecho, es el puente de comunicación entre ambos «mundos» que dividen los personajes en dos grupos: Calisto, Melibea, Pleberio y Alisa forman la nobleza, mientras que los criados son Celestina, Sempronio, Pármeno, Alicia y Areúsa.
2. Renacimiento
2.1) Características Renacimiento VS Edad Media
Durante la Edad Media (siglos XIII-XV) surgieron una serie de cambios que dieron lugar a un nuevo periodo, el Renacimiento (siglos XVI-XVII). Destaca la evolución del teocentrismo medieval al antropocentrismo humanista procedente de Italia, sin llegar a sustituirlo, sino que hubo una convivencia de ambas ideologías. A su vez, el contacto de la cultura grecolatina desplaza la cultura popular y culta de la Edad Media.
Respecto a la literatura, el auge de la imprenta provoca el nacimiento de la novela, un mayor alcance de la cultura y el individualismo y valoración de los autores. Hasta entonces, la mayoría de textos se transmitían oralmente, por lo que eran anónimos y la cultura recaía en el clero. Así, la intención era didáctica, propia del mester de clerecía, manifestada a través de temas como el trabajo, el amor y la muerte. En cambio, con el Renacimiento la finalidad es estética y humanística y los temas se enfocan en la mitología y la mística. Por ejemplo, Juan Ruiz y don Juan Manuel pertenecen a la Edad Media, mientras que Fernando de Rojas se sitúa entre ambos periodos y Santa Teresa de Jesús es renacentista.
2.2) Contexto del Renacimiento
Durante la Edad Media (siglos XIII-XV) surgieron una serie de cambios que dieron lugar a un nuevo periodo, el Renacimiento (siglos XVI-XVII). El fenómeno cultural principal fue el humanismo, movimiento intelectual, filosófico y artístico originado en Italia el siglo XV. En la literatura, las obras de Dante Alighieri, Giovani Boccaccio y Francesco Petrarca impulsaron este cambio en la forma de ver el mundo.
Ideológicamente, el Renacimiento se caracteriza por la evolución del teocentrismo al antropocentrismo, situando al hombre como centro del mundo. Así, el humanista debía ser una persona instruida en todas las artes, ciencias y técnicas posibles, fomentando el afán de conocimiento.
Políticamente, el modelo de gobierno europeo era la monarquía absoluta. En España, el gobierno de Carlos I fue una época convulsa, mientras que el reinado de Felipe II supuso un deterioro en la situación del país.
Respecto al ámbito religioso, el erasmismo fue una corriente ideológica basada en los postulados de Erasmo de Rotterdam, que incluyen la crítica de la corrupción del clero, la defensa de la religiosidad anterior y el contacto personal con Dios. A su vez, Martín Lutero impulsó la reforma protestante.
Finalmente, a nivel social destaca la transición del feudalismo al capitalismo, con el enriquecimiento de la burguesía mientras el país se llenaba de mendigos, dando lugar a la novela picaresca. A pesar de todo, el humanismo y el erasmismo se introdujeron en la cultura española, aunque la literatura quedó restringida a la burguesía y la aristocracia, dado que se trataba de un país analfabeto, por lo que la cultura adquirió un valor de superioridad. Al mismo tiempo, los grupos sociales más poderosos participaron en mecenazgos para contribuir en la creación literaria, caracterizada por gran variedad de temas, géneros e innovaciones, ocasionalmente heredados de la tradición debido al contacto con la cultura grecolatina.
2.3) Santa Teresa de Jesús
Santa Teresa de Jesús o Teresa de Cepeda y Ahumada es una autora perteneciente al siglo XVI. A los 19 años ingresó en un convento de carmelitas, realizando reformas de la orden y fundando numerosos conventos. En cuanto a su obra, era autora de poesía mística, recurriendo a la similitud con el amor humano, hecho que le trajo problemas con la Inquisición. La poesía mística trataba el tema de la cercanía a Dios, no desde la lejanía como en la Edad Media. Aparece asequible la entrega del alma, la conexión y la unión con Dios. Así, ella procuró la instrucción religiosa a través de textos escritos en prosa y verso con carácter didáctico.
3. Conceptos literarios: yo lírico
3.1) Yo lírico
El «yo lírico» es la voz protagonista que adopta el autor para expresar sus sentimientos y pensamientos, que puede coincidir o no con el mismo. Así, Santa Teresa de Jesús adopta un «yo lírico» de una mujer que aspira a la conexión con Dios y da instrucciones a otras creyentes sobre ello. Otro ejemplo es el arcipreste de Hita, cuyo «yo lírico» es el eclesiástico que busca mujeres y recurre a la ayuda de Trotaconventos.
3.3) Tropos
Los tropos son figuras literarias basadas en el significado de las palabras. Algunos ejemplos presentes en los textos de los autores mencionados son:
- Metáfora: identificación de un término real (TR) con uno imaginario (TI):
- PURA: no aparece el término real
- IMPURA: aparecen ambos términos
- Comparación o símil: identificación de un término real (TR) con uno imaginario (TI) a través de la partícula «como» o equivalentes.
- Ironía: figura que da a entender lo contrario de lo que se dice.
- Personificación: atribución de cualidades humanas a seres que no lo son.
- Interrogación retórica: pregunta formulada sin esperar respuesta.
- Hipérbole: expresión exagerada en aumento o disminución.
- Apóstrofe: invocación a algo o alguien, vocativo.
- Epíteto (épico): adjetivo que realza un elemento ya calificado.
- Oxímoron: enfrentamiento de palabras de significado contrario, sustantivo + adjetivo.
- Antítesis: contraposición de ideas con significación opuesta, misma categoría gramatical.
- Metonimia: designación de algo con otro nombre relacionado.
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